Políticas fiscales y proceso constituyente (1)

In Memoriam

Este Domingo 25 de Octubre , al ganar de manera aplastante la opción Apruebo, inició un inédito proceso constituyente que terminaría con una Nueva Constitución el 2022.

Será entonces la Convención Constituyente el lugar para abordar las finanzas públicas desde un enfoque de género y una perspectiva de derechos humanos, económicos, sociales, culturales, ambientales (los famosos DESCA).Menuda tarea.

La Nueva Constitución deberá inscribir principios mínimos de justicia fiscal y contener disposiciones para organizar las políticas fiscales en torno a tres criterios. Primero, la transparencia financiera y la rendición de cuentas, para lo cual habrá que discutir los términos de una planificación del desarrollo, que rinda cuenta de los avances en la realización de los derechos humanos, y también definir fórmulas verificables de control de gestión.  Segundo, algún dispositivo de control de deuda, asegurando sostenibilidad fiscal en el mediano plazo. Y, también, explicitar el principio de progresividad tributaria; los impuestos deben representar una proporción mayor de los ingresos y el patrimonio de los ciudadanos más ricos, en comparación a los más pobres.

Veamos primero la transparencia y la rendición de cuentas. Resalta en Chile la ausencia de cobertura de servicios esenciales, en educación, salud, protección social, infraestructura, medio ambiente. Uno puede recorrer toda la clasificación funcional presupuestaria, sin encontrar algún desglose en que la cobertura sea suficiente. Impacta también constatar que el 80% de los ciudadanos que votó Apruebo viven, al día a día, estos servicios públicos insuficientes o de mala calidad. Por eso es que se necesita planificación global y abierta, un proceso en que se plasmen las demandas sociales y le den rumbo y sentido al ejercicio de Gobierno. En un entorno mucho más descentralizado y participativo que el de ahora, claro.

Nadie es profeta en su tierra. Baste recordar o advertir la gran cantidad de planificadores chilenos que desarrollaron su ciencia a lo largo y ancho de América Latina: Jorge Ahumada, Carlos Matus, Gonzalo Martner Garcia (mi padre), Osvaldo Sunkel, Jorge Israel, Fernando Fajnzylber…[1], entre muchos otros. En 2012 el ILPES publicó un libro sobre las discusiones de la época[2].

Luego, por diversas razones en las que habría que abundar, la planificación global ha caído en total desuso en Chile.

Todo lo contrario de lo ocurrido en el resto del continente; Colombia, Ecuador, Brasil, Bolivia, entre otros han tenido sendos procesos constitucionales en que la planificación ha renacido. Porque claro, es la única manera de construir transparencia y rendición de cuentas en las finanzas públicas, con objetivos de desarrollo e indicadores estratégicos explícitos, presupuestos plurianuales por programas y trayectorias de deuda pública sostenibles. Es tiempo de conversarlo.



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